Dejar de complacer no es egoísmo, es recuperar tu voz, tu pulso y tu derecho a ser fiel a ti mismo.
¿Y si por un momento dejaras de pensar en lo que alguien más espera de ti? Imagina ese silencio interno, ese espacio donde ya no actúas para ser amado, admirado o aprobado.
¿Quién queda cuando no hay máscara?
Esa pregunta —inquietante y poderosa— puede ser el punto de partida hacia tu versión más auténtica.
La trampa de complacer: por qué ocurre y cómo nos atrapa
Desde pequeños aprendemos que agradar trae seguridad: aprobación, reconocimiento, menos conflicto. Pero ese refugio tiene un costo alto. Con el tiempo, las voces internas se apagan una a una, hasta que el silencio se confunde con calma. Cuando tu prioridad se vuelve lo que otros piensan, el “yo real” se esconde detrás de una sonrisa automática. Y entonces llegan los síntomas: la culpa, la ansiedad que no se explica, el cansancio. Porque vivir para gustar no es vivir: es desconectarte poco a poco de ti, hasta que tus decisiones y emociones laten a un ritmo ajeno. Lluís Cavallé

Aprobación externa vs. autoestima interna
Conócete: el primer paso para dejar de actuar
Antes de quitarte las máscaras, necesitas volver a mirar a quien quedó debajo de ellas. Sin ese reencuentro, el silencio interior puede sentirse como un abismo, incómodo, incluso amenazante. Pero no es vacío lo que hay ahí, sino presencia esperando ser escuchada. Hemos pasado tanto tiempo interpretando papeles que, cuando cae el telón, no sabemos qué decir. Sin embargo, ese es el momento más honesto: cuando ya no hay público ni aplausos, solo tú contigo. Reconectar con esa esencia no es retroceder, es regresar al origen. Porque las máscaras caen solas cuando recuerdas quién eres sin ellas.

Herramientas prácticas para recuperar tu centro

- Diario introspectivo: escribe sin filtros tus emociones, deseos y resistencias.
- Análisis de valores: lista lo que más valoras (libertad, autenticidad, intimidad) y revisa si tus actos lo reflejan.
- Silencio consciente: desconéctate digitalmente para escuchar lo que pulsa en tu interior.
- Autoobservación ante desencadenantes: identifica cuándo te domina la necesidad de agradar y pregúntate:
¿Lo hago por mí o por aprobación?
Cuidado con la parálisis por reflexión
La introspección en exceso puede volverse trampa.
La introspección es necesaria, pero puede volverse una trampa elegante: parece profundidad, pero solo son giros en círculo.
Pensar sin actuar genera duda y estancamiento:
Pensar demasiado sin dar un paso termina generando duda, parálisis y una sensación de estar avanzando… cuando en realidad no te mueves.
Busca equilibrio: mirar dentro + moverte fuera:
La clave está en el equilibrio: mirar dentro para entender, moverte fuera para transformar. Porque conocerte sin actuar es teoría; actuar sin conocerte es impulso. La verdadera evolución sucede cuando ambas fuerzas se encuentran.

¿Cómo construir tu versión auténtica?
Convertir tu “yo interior” en vida real es un arte. Requiere alinear, corregir y reafirmar.
Establece límites y aprende a decir “no”

Decir “no” no es agresivo: es reconocer tu valor y tus límites.
No hacerlo erosiona tu bienestar. Psicología Online Avanzada
Ejemplo práctico:
“En este momento no puedo comprometerme, pero puedo ayudarte más adelante.”
Ese tipo de “no” respeta tu energía sin cerrar la puerta al vínculo. Establece límites y aprende a decir “no”
Comunica desde la vulnerabilidad

No se trata de juzgar, sino de expresar verdades personales.
Decir “esto no me hace bien” o “me siento incómodo” abre paso a vínculos más reales.
Cuando te permites no ser perfecto, das permiso a otros de hacer lo mismo.
Permítete evolucionar

La autenticidad no es una estatua.
Cambias, tus valores se pulen, tus límites se ajustan.
Ser auténtico no es nunca cambiar, sino cambiar desde el centro que tú eliges, no desde el afuera. hugomolinas.com.ar



